martes, 17 de febrero de 2009

Señorita Tarantula

Hay hartas personas que me apodan como "araña"...
No se si será porque mi cabello es tan enredado q puede hasta tener telarañas o porque a veces me comporto muy venenosa...
No es un apodo en todo caso que me moleste, de hecho me gusta bastante por el simbolismo que han tenido a lo largo de la historia humana.
Por ejemplo, en el antiguo Egipto, las arañas estaban relacionadas con la diosa Neith como tejedora de destinos.
En la mitología Griega se relata la competencia en la habilidad para tejer entre la joven Aracne y Atenea, siendo Aracne la vencedora y Atenea, en su envidia, le destruye su obra y transforma a Aracne en una araña.
También se les ha comparado con los vampiros, en el hecho de que ambos son capaces de atraer y atrapar a sus presas antes de dejarlos sin vida.


Madame tarantula (De Velvet Eden)

Mis falsos ojos... ¿sabes quién soy?
Pronto te convertirás en mí... Abandona todo
y vuélvete mi sangre, mi carne.
Empieza nuevamente la tragedia.
Las chicas inocentes, caras cargadas con espeso maquillaje
sí, bebe esto... Tu fianza..
¿no te quieres volverte uno conmigo?

Para ser justo como yo, esta elegantemente refinada, hermosa madame tarantula

¿Es tu reflejo en el espejo feo?
Te daré una marca de hierro para desmanchar tu cara
nuestros cuerpos se han vuelto fantasmas, esperamos por ángeles caídos
resuscita este cuento enterrado a través de tu desesperación
mientras dejas salir un erótico y sucio grito... Renaces
en esta elegantemente refinada madame tarantula.

3 comentarios:

La Guera Rodríguez dijo...

La verdad no me gustan las arañas =( solo de pensar en una de ellas me empieza a dar comezón! que horrible sensación de imaginarlas caminar por tu cuerpo...

prefiero los vampiros ...!!


Besos!

Diana

Gabriel Bornes dijo...

No me gustan las arañas.

Amorexia. dijo...

La alka seltser es espantosa! y la gastritis terrible! Pero bueno, ya se me esta quitando el frío sabes? -

-Tengo miedo, no puedo negártelo, me siento inquieto. Pronto los llamaré para que vengan; quieres que te peine?, espera, te pintaré las uñas además, déjame ponerte el vestido negro de seda que tanto te gusta, te ves preciosa en él-

-No soy bueno con el maquillaje, además, no necesitas mucho, eres hermosa, tan quieta, tan callada, permíteme acomodarte en la cama, duermes tan plácidamente! Abro los ojos, casi me quedo dormido contigo.-


-Ya los llamé, no tardan en llegar, déjame arreglarme un poco, tengo que cambiarme esta camisa ensangrentada, cuando lleguen los policías me entregaré, entonces podrás dormir tranquila, no te preocupes, te ves tan linda como siempre, tal vez ni noten nuestra pelea...- se decía al espejo el hombre transvertido pálido y temblando, con un fuerte sangrado en la entrepierna.